La gestión de Recursos Humanos ha sufrido diversos cambios en los últimos años. Hay que saber que ya no sólo somos facilitadores para alcanzar eficiencia y lograr altos estándares, sino que nos transformamos en artesanos de personas que se desempeñan en lugares en donde debe predominar el bienestar.

En la actualidad no sólo se busca satisfacer las necesidades de nuestros clientes externos, sino que ha llegado el momento en el que nuestros trabajadores, socios estratégicos, son nuestra prioridad. El recurso de cada organización es el diferenciador absoluto.

Hoy se focaliza en la agilidad de las diferentes habilidades, en el reclutamiento con visión de futuro, inspirado en la retención y en la búsqueda constante del equilibrio entre la vida personal y la laboral, lo que lleva de la mano al trabajo híbrido, que actualmente es un beneficio para la atracción de talentos conjuntamente con la flexibilidad laboral.

Sin duda alguna las tecnologías emergentes contribuyen a agilizar procesos, los cuales impulsan desafíos constantes a los recursos en cuanto a formación y capacitación. Las tecnologías llegaron para quedarse y es crucial identificar el desarrollo que proponen como también así asegurar el incansable cuestionamiento. Como así también mencionar que estas tendencias recaen en el juicio estratégico de la diversidad, equidad e inclusión de trabajadores con verdaderas oportunidades, centrándose en el desempeño como un núcleo proveedor de crecimiento tanto de sus trabajadores como de la organización que habitan.

Por ello decimos que la labor del profesional de recursos humanos está en constante progreso, adquiere mayor relevancia, impulsa el cambio y la innovación, fomenta la cultura organizacional centrada en el bienestar de los trabajadores, un sentido de pertenencia y motivación que mejore la productividad y permita alcanzar los objetivos organizacionales, reconociendo que detrás de cada trabajador se encuentra un ser lleno de sueños al cual debemos proteger y potenciar.